Venezuela ha dado un paso audaz en la protección de sus ecosistemas marinos al implementar una iniciativa pionera de monitoreo ambiental satelital en el Caribe. El objetivo principal es mapear y cuantificar la acumulación de desechos plásticos en la Isla de Aves, un atolón estratégico en el Mar Caribe, crucial para la biodiversidad de la región.
El ambicioso proyecto es liderado por la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE) y fue oficialmente presentado este jueves por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. La misión se centra en la detección remota de macroplásticos utilizando sensores satelitales de última generación. Para ello, el satélite venezolano Sucre, que ya se encuentra en órbita, ha sido programado para capturar imágenes de alta resolución de la zona de estudio.
Estos datos de alta precisión permitirán a los científicos identificar las «firmas espectrales» características del plástico, en particular del tereftalato de polietileno (PET), y diferenciarlo con exactitud de otros elementos marinos como el agua o materiales orgánicos flotantes.
Tecnología al servicio del medio ambiente
«Se trata de obtener imágenes que permitan clasificar y ubicar cúmulos de desechos plásticos en el mar«, explicó Jesús Camacho, ingeniero en geociencias e integrante clave del equipo técnico. Añadió que se aplicarán correcciones estadísticas y matemáticas avanzadas para realzar los valores espectrales de los residuos, garantizando una mayor precisión en los hallazgos.
Como parte fundamental de este experimento, el equipo científico llevó a cabo la construcción y posicionamiento de seis segmentos flotantes compuestos por más de 3.000 botellas plásticas. Estos segmentos actúan como marcadores de referencia vitales para el análisis satelital, una labor que fue posible gracias a la invaluable colaboración del personal militar de la Base Científico Naval Simón Bolívar, asentada en la isla.
La bióloga Rosana Sánchez, también miembro del equipo de investigación, enfatizó la trascendencia de esta iniciativa. Los datos obtenidos no solo permitirán mapear con exactitud la contaminación, sino que también generarán insumos técnicos cruciales para la formulación de políticas públicas efectivas. Estas políticas estarán enfocadas en el saneamiento costero y la protección a largo plazo de los ecosistemas marinos venezolanos.
«Queremos brindar herramientas precisas para decisiones ambientales estratégicas. Esta tecnología puede marcar un antes y un después en la gestión del plástico en nuestras costas«, aseguró Sánchez, destacando el potencial transformador de este proyecto para la conservación ambiental en Venezuela.
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