En el corazón de la región insular, el nombre de Pedro Rafael Salazar Velásquez resuena con fuerza, aunque quizás más familiarmente conocido por su entrañable apelativo artístico: Pedro «Cuikha». Su trayectoria es un vibrante testimonio de más de 50 años dedicados en cuerpo y alma al panorama artístico neoespartano, un legado que comenzó a forjarse en su temprana infancia.
Los primeros acordes de esta prolífica carrera musical se escucharon en el grupo «La Cabaña«, semillero de talento liderado por los afamados hermanos García y arropado por la siempre recordada figura porlamarense de Juan Calderín. Aquellos fueron los incipientes pasos de un niño saltarín que, sin saberlo, iniciaba un viaje que lo convertiría en un ícono cultural de la región.
Con el paso de los años, la inquietud artística de Pedro Cuikha lo llevó a integrar diversas agrupaciones que marcaron pauta en la escena musical local. Su voz y talento se hicieron sentir en los «Klan Roskay», el «Grupo Acuario«, «Orientales de la Gaita«, el melódico «Madrigal«, los tradicionales «Hermanos López Cabrera«, el sentir oriental de «Oriente Mío« y la emblemática «Orquesta Típica de Margarita«. Su compromiso con la cultura fue más allá de la interpretación, convirtiéndose también en un activo promotor cultural al servicio del estado Nueva Esparta.
En 1975, Pedro Cuikha tomó una decisión crucial que impulsaría su carrera a nivel nacional. Viajó a Caracas y grabó un disco de 45 RPM que contenía el tema «La Historia de un Perro«, una canción que rápidamente conquistó al público y se difundió masivamente. Este éxito inicial lo motivó a continuar su camino musical, grabando un segundo sencillo en 45 RPM y, en los años siguientes, tres exitosos álbumes de larga duración que gozaron de gran aceptación comercial y radial.
La llegada del disco compacto no detuvo su creatividad. Sumándose a la iniciativa de su amigo Abraham García, Pedro Cuikha grabó cuatro CD en los estudios Acuario: «Victoria la Guarapera», «Lo mejor de Cuikha», «De nuevo Cuikha» y «Pedro Cuikha es popular». Además de sus propios temas, también popularizó en la isla «El perro cayuco«, una pieza musical que, aunque no de su autoría, quedó indisolublemente ligada a su identidad artística en el sentir neoespartano.
Pedro Cuikha fue un cantautor con una chispa particular. Recordaba con humor su temprana fascinación por la música, una pasión que incluso lo acompañó en sus años escolares, donde los pupitres se convertían en improvisados tambores, ganándose más de una expulsión del aula.
Su invaluable contribución a la cultura local fue formalmente reconocida cuando fue declarado Patrimonio Cultural Viviente del Municipio Mariño. Un merecido homenaje a un artista que, a pesar de las dificultades que la vida pudiera presentar, siempre tenía una sonrisa y una canción para compartir.
Más allá de su faceta como cantautor y cultor, Pedro Cuikha también incursionó en la actuación, participando en producciones tanto para el cine como para la televisión venezolana, demostrando su versatilidad artística.
Este insigne cultor neoespartano siempre abogó por la valoración profunda de los símbolos de identidad regional, yendo más allá de lo puramente ornamental. Con una visión clara de los desafíos que impone la globalización, Pedro Cuikha mantenía la convicción de la necesidad de implementar estrategias para preservar los atributos únicos de la identidad margariteña. Su legado perdura no solo en sus canciones, sino también en su constante llamado a proteger y celebrar la riqueza cultural de su amada tierra insular.
Únete a nuestro canal en Telegram.
¿Eres talento venezolano y deseas que publiquemos tus notas y sonemos tu música? Envíanos el material a otilcaradio@gmail.com
Contribuye con la promoción y difusión de la
producción artística venezolana, realiza tu aporte
Te invitamos a apoyarnos haciendo clic aquí
