Beneficios de la música para ser un buen gerente

Los gerentes y demás directivos con total responsabilidad en el control, planificación, desarrollo e implementación de acciones estratégicas en las organizaciones suelen trabajar con altos niveles de estrés. Para manejar esta presión laboral se han identificado técnicas como la práctica de deportes, cocinar o leer un buen libro. Así mismo, la práctica frecuente de la música logra efectos maravillosos e insospechados en el manejo del estrés y por ello se constituye en la técnica con excelentes resultados en la consecución del bienestar integral de los trabajadores.

Cinco razones por la que un gerente, con altos niveles de estrés, debería recibir formación musical para obtener mejores resultados laborales:

1.  CAPACIDAD DE ESCUCHA

La falta de escucha por parte del jefe suele ser una queja recurrente entre los empleados a su cargo. Esta situacióna se manifiesta en una incapacidad personal tanto para formalizar espacios de comunicación con los colaboradores como la dificultad para identificar el contenido emocional que se moviliza en cada acto comunicativo. La formación musical entrena la habilidad de la escucha empática, es decir, la identificación de matices emocionales como la angustia, ansiedad, tristeza, ira o alegría que están a la base de las conversaciones con los subalternos. Como consecuencia, el jefe será percibido como abierto y empático.

2.  COORDINACIÓN DE ACTIVIDADES

Suele pasar que el jefe está demasiado concentrado en el objetivo y menos en los procesos que dan lugar al resultado. El monitoreo de los procesos generalmente es una función realizada por mandos medios. A través de la formación musical, los directivos pueden hacerse atentos a los procesos que dar como resultado un indicador positivo. La coordinación de actividades supone que el directivo sea capaz de articular las acciones individuales desarrolladas por cada uno de los miembros del equipo de trabajo de manera que ninguna acción pasa desapercibida, no es despreciada ni subestimada.

3. APERTURA DE PARADIGMAS

Los músicos son maestros en la interpretación, es decir, que reconocen las innumerables opciones que existen para ejecutar una melodía. Quien se entrena musicalmente es hábil para reconocer múltiples vías para actuar. Es capaz de identificar las estrategias y verbalizarlas.

4. TRABAJO EN EQUIPO

La especificidad en la ejecución de cada uno de los instrumentos musicales permite que se destaque la individualidad de los músicos así como su capacidad para interactuar armónicamente con los demás. Ninguno queda en segundo plano. Esta formación es fundamental para que los directivos entrenen sus habilidades para reconocer y reforzar las individualidades a fin de fortalecer la interacción armónica entre los colaboradores. En este sentido, el directivo es el primer gestor y responsable de los equipos de trabajo.

5. GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD

Existe un mito entre los directivos que quisieran tener trabajadores estandarizados que aseguren un rendimiento sostenido. La realidad es otra y es que las personas son diferentes. Un líder, así como un músico debe entrenarse en las habilidades esenciales para la gestión de la diversidad. Así las cosas, es indispensable que el directivo sea hábil para reconocer los talentos individuales, facilite la interacción, desarrolle proyectos comunes, dé la palabra a cada uno según su especialidad y sea un destacado gestor de conflictos. Todas estas son habilidades que se desarrollan con la práctica frecuente de la música.

Con información de: https://otilca.org/

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