Un grupo de muchachos de Porlamar – ya tendrían veinte años o más – se organizó para hacer un juego de pelota contra un equipo de Los Millanes; entre los jugadores de Porlamar se encontraba Virgilio “Billo Trío” Marcano, quien defendía la primera base y un gran amigo, Rafael Suárez a quien le decían “Pintao” porque era blanco y tenía pecas que se le destacaban mucho. Se acostumbraba a realizar estos encuentros entre pueblos para luego, al terminar el juego, hacer un sancocho para festejar el intercambio, quedando el visitador comprometido a recibir al otro. Se apostaba una cantidad de dinero –dos bolívares por cabeza – para ponerle “un interés” al desafío.
El equipo encabezado por “Billo Trío” estaba bien conformado, sobre todo por un pitcher a quien apodaban “Licho Talega” pero era prohibido decirla así porque agarraba ¡tremenda calentera! El lugar escogido para el juego era un terreno muy grande donde después construyeron el estadio con que cuenta Los Millanes; no había tribunas por lo que la gente se ubicaba a disfrutar el espectáculo donde mejor se le ocurriera y algunos se protegían del inclemente sol dominguero debajo de las matas de yaque, pajuí o mango que estaban alrededor del campo. Era una ocasión de mucha diversión y echadera de vainas. El juego se desarrollaba de lo más normal; “Licho Talega” le está lanzando un blanqueo a Los Millanes y así llegan al último inning ganando 1 x 0. En la última oportunidad al bate del equipo Los Millanes, el primer bateador recibe base por bolas; el pitcher se nota molesto; el siguiente bateador – un zurdo – conecta un roletazo por primera base como para hacer doble-play pero Billo comete un error al no dominar el batazo… y el pitcher más molesto. Los dos siguientes bateadores son dominados fácilmente pero hay corredores en primera y segunda base. Dos outs y bateando el cuarto bate; si Los Millanes como home-club anotaba dos carreras, dejaba en el terreno a Porlamar y perdían el juego. De inmediato, como para darle emoción al momento y a la vez hacer molestar más al pitcher, la gente millanera comienza a gritar:
¡Licho Talega está arrecho! ¡A qué pierdes el juego por culpa del que juega la primera base! ¡Hasta aquí llegaste Licho Talega! La gente de Porlamar que había ido al juego también gritaba lo suyo para animarlo:
¡Arriba Licho Talega; lo tienes listo! ¡Si ganas el juego te llevas tu parte de sancocho en la talega! ¡Vamos taleguita tú eres arrecho!
El pitcher no dejaba de expresar su calentera mirando a los grupos que vociferaban su apodo. Se prepara frente al bateador quien estaba en conteo de tres bolas y dos strikes; al momento de hacer el lanzamiento Billo Trío, para animarlo, se ríe y desde su posición en primara base le grita:
¡Arriba Licho! ¡Lo tienes en tres y dos! ¡Vamos Licho que lo tienes metido en la talega! No había terminado “Billo” de decir la última palabra cuando Licho se voltea y, mentándole la madre le lanza la pelota directamente a la cabeza gritándole a todo pulmón:
¡Tríocoñoe’tumadre! ¡Me botas el juego y también me vas a llamar Talega! al tiempo que comienza a perseguirlo por todo el terreno. ¡Párate coño e ‘tu madre y agárrate conmigo! “Billo”, quien parar entrarse a puños con cualquiera no tenía ni la culpa, en esta oportunidad y sabiendo a quien se enfrentaba, sale huyendo de aquel hombre arrecho que lo perseguía, mientras los corredores anotaban las dos carreras que dejaban en el terreno a la gente de Porlamar.
Los integrantes de los equipos, después de gozar de lo lindo del episodio, se sentaron debajo de una de las matas a disfrutar su sancocho de pica tierra criolla pero faltaban dos jugadores:” Licho Talega” y” Billo Trío”: estos terminaron su carrera en Juan Griego, donde se sentaron a descansar y pasar el momento de la calentura:
¡Qué vaina Licho! Dijo “Billo” mientras jadeaba para recuperar el aliento. ¿Ahora quién botó el juego; tú o yo? Licho, sentado en el suelo al lado de “Billo”, pasándole el brazo por el hombro, le dice:
¡Nojoda chico! ¡Quién aguantaba esa echadera de vaina de la gente y tu vienes a completarla uniéndote a ellos! ¡Qué bolas tienes tú! Pero no vamos a dejá la amistad por esa vaina. Primera vez que perdemos con esa gente.
¡Coño! Y hablando de perder – dice “Billo” ¿Nos vamos a perdé ese sancocho e ‘pica tierra? ¡Vamos pa’llá; ellos tienen que brindar porque ganaron! Al verlos llegar todos se animaron y dice “Pintao” con una cerveza en la mano:
“Qué alcahuetas que son. Seguro que se entraron a coñazos y ahora viene como si nada”.
¡No compay! Nos echamos dos cervecitas frías pa’ hacer las paces. ¿Verdad Talega? agregó “Billo” sin aguantar la risa.
…”amigos en las buenas y en las malas”
El Llanero y Toro
Tomado del libro: “Ocurrencias de mi gente” de Carlos Mujica “Marunga“
Foto: Sol de Margarita
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