Los Cachos de Marunga: El Jefe Civil de Coche

En la época en que Virgilio Ávila fue gobernador de Nueva Esparta, prometió a algunos amigos ayudarlos con alguna ocupación para mantener a la familia. Se le acercaron muchas personas pidiéndole ayudas en esta sentido y el hombre, como cumplidor de sus promesas, trató de satisfacerlas de acuerdo a las posibilidades. Fue así como se le ocurrió la idea de ayudar a su gran amigo Ramón “Guaimarazo” Salazar. Panchito Marcano quien trabajaba como telegrafista era y aún sigue siendo, gran amigo de Virgilio al punto que éste le pedía consejos cuando quería tomar alguna decisión que envolviera a algún conocido. En la isla de Coche reclamaban que hacía falta un jefe civil o prefecto que pusiera orden y respeto en la población porque los desórdenes protagonizados por los borrachitos locales tenían preocupada a la gente de ese noble pueblo que no estaba como en la actualidad, donde suceden cosas que nunca se imaginaron pudieran ocurrir.

Virgilio tomó una decisión y parece ser que no consultó con su carnal Panchito; después de pensarlo detenidamente, incluso habló con sus asesores, nombró a “Guaimarazo” jefe civil de Coche. El día de la presentación invitó a  amigos del elegido y se largaron para la isla hermana; muchos pescadores de Porlamar tomaron sus embarcaciones y se convirtieron en cortejo para no perderse el evento. ¡Vamos muchachos que Coche va a tener jefe civil! ¡Es un hombre de Porlamar, grandísimo y tiene una cara de muy jodío! ¡Ese Virgilio es un vergatario! ¡Seguro que es un abogado arrecho como él y su familia! Decían entre los comentarios mientras se unían a la caravana de peñeros. Era entrada la mañana y la navegación estuvo un poco agitada por un tiempo no muy bueno. Cuando llegaron al muelle de la isla, Guaimarazo iba vestido con un flux negro, camisa blanca y su respectiva corbata, pero debido a la gran cantidad de agua que recibió en la travesía lucía mojado, despeinado y por debajo de la camisa se asomaba la enorme barriga que siempre mostraba con orgullo. Hicieron la maniobra y la embarcación logró atracar en el muelle donde ya la gente, previamente avisada, se aglomeró a recibir al alto funcionario. Virgilio desde la misma proa del barco se dirigió a los presentes y, pasándole el brazo por los hombros a Guaimarazo anunció:

¡Querido pueblo de Coche! ¡Hoy es un día de júbilo para sus pobladores! ¡Aquí les tengo a un hombre en quién tengo mucha confianza, mi familia lo aprecia mucho y por eso se los traigo como su Jefe Civil! ¡Les presento a Ramón “Guaimarazo” Salazar!  Un habitante de la isla que conocía a “Guaima” y sabía de sus andanzas entre las que se contaban los “carros” que echaba en algunos sitios para tratar de no pagar una cuenta, o cuando robaba gallinas y otros animales para preparar sancochos en los que el mismo Virgilio participaba, o cuando preparaba los famosos “paquetes chilenos” para engañar en los juegos de envite y azar, gritó:

¡Carajo Virgilio! ¿Y éste es er jefe civir que nos vas a traé? ¡Ahora sí es verdad que la pusiste!

Y se oye desde la parte de atrás de la embarcación la voz de panchito Marcano, quien tenía unos cuántos tragos encima que se zumbó durante la travesía:

¿Y qué querían ustedes que trajeran pa’cá? ¿¡Un General de División!? ¡Vayan pa’la mierda!

…”a mí me ponen donde haiga”

Un gobiernero

Tomado del libro: “Ocurrencias de mi gente” de Carlos Mujica “Marunga

Foto: Sol de Margarita

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