Los Toros Coleados en Venezuela

Los Toros Coleados constituye una manifestación popular arraigada en la memoria de los venezolanos. Su origen está emparentado con la historia de la ganadería del país. Desde mediados del siglo XVI, con la formación de los primeros hatos ganaderos, es muy factible que los obligaran a atrapar un toro que se escapaba de la manada, persiguiendolo y tomándolo por el rabo hasta derribarlo. El hábito del «coleo» se establece como prácticadel hombre de los llanos hacia 1780; así lo demuestran algunas quejas que censuraban la costumbre, hechas por tenientes de justicia en algunos pueblos de la región.

Esta actividad tiene a una antiquísima suerte española llamada «suerte del derribo», del «acoso» o del «rejón campero», que consiste en perseguir a caballo y derribar un toro en plena carrera, mediante una pértiga o vara, apoyándola en el cuadril del animal, haciendo fuerza para tumbarlo hacia el lado contrario.

En el siglo XIX se convirtió en un entretenimiento popular, con participación del público que se aglomeraba en las «mangas» que se improvisaban en las calles de ciudades y pueblos con motivo de alguna festividad. En Caracas se acostumbraba «colear» toros entre las esquinas de Candelaria y Romualda, Carmen y Municipal, en la calle principal de San Juan y en los pueblos cercanos. Durante el gobierno de Monagas (1847-1858), esta diversión adquirió mucho auge, pues en ella participaban militares, ganaderos y jóvenes aficionados, acompañados por conjuntos musicales y premiados con las monedas que arrojaban, desde los balcones, los «ricachones» caraqueños, y con las flores entregadas por hermosas muchachas.

Con el tiempo, se volvió un deporte violento, instintivo, que une en competencia al hombre, el caballo y el toro. No había reglas. Años después se crearon los reglamentos, con exigencias y sanciones, que hacen de los «toros coleados» un deporte. También el «coleo» está conceptuado como deporte por tener categorías, campeonatos y eliminatorias, las facultades físicas, el entrenamiento y la destreza que le confieren un carácter competitivo y recreacional.

Los toros coleados se llevan a cabo al aire libre, en una pista o manga de coleo acondicionada en terreno plano, que mide de 230 a 280 metros de largo y 10 a 12 metros de ancho, encerrada con barandas de 2 metros de altura, y construida con tubos metálicos (las primeras mangas eran de madera).

  • En la competencia participan los siguientes factores:
  • El coleador: principal protagonista de esta actividad. Sobre su caballo busca derribar al toro en plena carrera, agarrándolo por la cola. Su actuación lo convierte en el centro de atención de la fiesta.
  • El Caballo: Realiza el 80% del esfuerzo empleado para derribar al toro; es fundamental para efectuar la coleada. Los hay de diversas razas: Cuarto de Milla, Morgan, Anglo árabe, criollo y otras, todos se distinguen por su docilidad, fuerza y nobleza.
  • El Toro: Completa la trilogía necesaria para realizar la coleada. De su característica depende en una buena parte el éxito del espectáculo.
  • Jueces: La competencia es vigilada por tres jueces : el central, el de coso y el de tapón.
  • Para competir se organizan turnos de cuatro coleadores, los cuales tienen dos oportunidades de colear en la jornada del día.

El los toros coleados el juez central se ubica en la tribuna principal, vigila todo lo que sucede en la manga, impone el orden, hace cumplir el reglamento y además, mediante un altavoz, narra la competencia en el momento en que se está desarrollando. Las frases de giros y el léxico empleados en la descripción que hace el juez-narrador son propios de esta actividad; el ritmo de la acción y el estilo son propios de cada juez.

Tipos de Coleada:

  • A un solo estribo: el coleador se inclina a un lado de la silla quedando sostenido por un solo estribo; es vistosa y requiere gran destreza.
  • A una sola mano: el coleador toma la cola con una sola mano y con gran fuerza ejecuta la coleada, su estilo recuerda a los primeros coleadores del llano venezolano.
  • A dos manos: el coleador inclinado a un lado de la silla, toma la cola con ambas manos para tumbar al animal.

Al caer el toro, si este levanta las cuatro patas, la coleada es efectiva; si no cae, o no levanta la patas, es nula. La coleada más celebrada es la deniminada filo de lomo, sucede cuando el animal da la vuelta por el lomo y levanta derechas las patas. Finalizando la acción, el coleador se aparta inmadiatamente, y se reinicia la disputa por la cola del toro. La competencia tiene una duración de cinco minutos

La fiesta de los toros o fiesta llanera, como alguna vez se llamó, se suele acompañar con conjuntos de música criolla, que alegran el ánimo de los asistentes, y constituyen, junto a la poesía y la vestimenta que caracterizan al espectáculo, una respuesta artística de esta manifestación deportiva, que a su vez es parte del folklore nacional.

Fuente:  GRAN ENCICLOPEDIA DE VENEZUELA, volumen 6

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