Francisco Mata: el apóstol de la identidad Margariteña

La identidad de los pueblos se suele comunicar a través de «símbolos» , siendo, la utilización de estos, un recurso supremamente valioso en la tarea de difundirla y preservarla, por lo que, y a propósito de lo que hoy estamos celebrando, quisiera intentar mostrar los principales atributos en los que me baso para afirmar que Francisco Mata constituye uno de los íconos humanos más representativos de la identidad de nuestras islas. Una condición que le viene dada por muchas razones, algunas de las cuales son absolutamente  fortuitas, así como por otras que se derivan de la manera como ejerció lo que podríamos considerar como: «la vocería de la identidad del pueblo neoespartano»; asumiendo un compromiso absoluto con la difusión de varios de nuestros más importantes símbolos culturales.

Comienzo por resaltar el particular hecho de haber grabado más de 30 discos en los que exhibió, casi con lujo de detalles, muchas de las distintas aristas que componen nuestros rasgos identitarios, colocándolo en un sitial privilegiado, respecto al volumen de difusión.

Otro aspecto a destacar es el de la temática de su repertorio, el cual abarca aspectos tan remotos como los referentes al periodo precolombino y los amalgama con los más de 500 años de historia que suceden después de 1498.

De manera magistral, se refiere a aspectos fundamentales de la época colonial. Se introduce, con esmerado patriotismo, en el período de la guerra de independencia; reconoce y difunde los símbolos republicanos y asume su contemporaneidad desde un punto de vista crítico levantando siempre la bandera de la valoración de nuestros rasgos identitarios.  

Francisco Mata, a través de su música, se regodea en su condición de margariteño; se zambulle, una y mil veces, en la playa de su historia, mitos, creencias y tradiciones y las exhibe con exacerbado orgullo. No se acomoda detrás de la ilusión del hombre universal, globalizado; se asume a través de su esencia más genuina, insiste en el discurso regional, canta desde y hacia Margarita, conoce los riesgos y los asume, prefiere ser fiel a su insularidad, antes que intentar proyectar su talento a través de recursos estéticos y culturales que no le son propios.

Desde sus inicios, Chico Toño apunta, con claridad meridana, hacia el futuro. Presiente que está llamado a convertirse en el principal vocero de la neoespartanidad y diagnostica que su ámbito de acción no es el de los teatros, ni las elites de la cultura; por lo tanto apunta hacia su pueblo, le habla al pueblo desde el pueblo, valora sus valores, hecho que hace posible que cada neoespartano, cuyos orígenes son tan similares a los suyos, se sienta interpretado en cada una de sus canciones.

Su aguda inteligencia le permite identificar su condición de interlocutor de sus coterráneos ante el mundo. Margarita se hace visible a través de sus producciones discográficas.

Escoge minuciosamente  los títulos de sus discos, de manera de evidenciar su condición de Margariteño: Lamento de un marino; Vacaciones en Margarita; Margariteñerías, Recorriendo Margarita, Sol margariteño, Historia marinera, El cantor de margarita, Aguinaldos margariteños, Sentir margariteño, Tierra de gloria, Recordando a mi isla, Paraguachoa, El carite, Mi bahía, Recuerdos de mi isla; son sólo algunos de los títulos en los que no deja ninguna duda respecto a su «leitmotiv».

Muchas son las cualidades y atributos a través de los cuales Francisco Mata logró convertirse en ese ícono de nuestra cultura, de nuestra idiosincrasia, de nuestra insularidad.

La primera, a la cual hacer referencia, es el hecho de haber nacido a mediados del siglo XX en un hogar de pescadores en la ciudad de Juan Griego. Una realidad que lo ubica en un contexto social absolutamente afín a la mayoría del pueblo neoespartano de aquel entonces; en una isla habitada, mayoritariamente por pescadores, conuqueros y artesanos, tareas a través de las cuales procuraban el sustento.

Francisco siempre vivió comprometido con sus orígenes, por lo tanto, el mar y la faena de la pesca, son elementos que se hacen presentes en todas sus producciones discográficas. Su propuesta artística es absolutamente coherente con su origen y a pesar de poseer un timbre de voz que hubiese permitido abordar otro tipo de repertorio, asumió el compromiso de ser la voz de los pescadores neoespartanos. Polo, gaitas, malagueñas, galerones y cualquier otro género de nuestro acervo, consiguieron en Francisco a su principal y más fecundo intérprete.

Otro aspecto que ponderar, en la personalidad de Francisco Mata y que sin duda alguna lo conecta de manera especial con la identidad neoespartana , es su profunda religiosidad y, muy particularmente, su fe por la Virgen del Valle; condición expresada en varios de sus discos, así como en sus frecuentes participaciones en los medios de comunicación en los que repetidamente expresaba, como buen Margariteño, su  amor a la Virgen Marinera.
… continuará.

Roki José Viscuña Gutiérrez/Patrimo Cultural Viviente del estado Nueva Esparta/24/07/2023

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