Los Cachos de Marunga: Cassius Clay adeco

Conocimos a un amigo a quien decíamos “Covita”, no por su apellido, sino porque para ganarse un traguito en cualquier parte, metía sus cobas o “embustes” de vez en cuando. Trabajaba en su bicicleta como repartidor de telegramas de casa en casa como se acostumbraba en el Porlamar de entonces en los años 60; también era amigo de meterse sus tragos cada vez que la ocasión lo permitía; para redondear su sueldito, vendía terminales de lotería, lo cual hacía más que todo en las bodeguitas donde concurría todo aquel que buscaba las tertulias, tomarse un roncito o una cerveza porque whisky  tomaban los que “tenían” más  real que los demás.

Covita siempre recalaba por donde Modesto “Molo” Gómez y a veces discutían que partido era más fuerte: Acción Democrática, al cual defendía hasta más no poder, o URD defendido por Modesto con mucho más fervor y fanatismo. Las discusiones siempre terminaban con calenteras de ambos lados que, pasados unos días, se calmaban. Una mañana de un sábado medio lluvioso, “Covita” llega a la bodega de Modesto Gómez con unos cuantos tragos encima; para ese entonces no existían esas prohibiciones de vender aguardiente a cualquier hora, costumbre que había quedado desde los viejos tiempos del mercado de Porlamar.

¡Molo! ¿Cómo está la vaina? Pregunta “Covita” al tiempo que le pide una cervecita fría.

¡Carajo mijo! ¡Échame carta! Tan temprano y ya tienes tremenda “bulea” (*). ¿Amaneciste con otro o te botaron de alguna parte mijooo? Seguro que voy a hacer el nombre’ e dios contigo hoy sábado y garuando. Qué día voy a tener hoy. ¡Camínala mijo, camínala! – le decía Molo. Tómate tu cervecita y te vas a dormir esa pea. ¡Camínala “Covita”!

“Covita”, con la mirada perdida por los efectos del alcohol y tambaleándose para no perder el equilibrio le dice a Molo:

¡Molo! ¡Hip! Ve lo que tengo aquí bajo el brazo Molo; el Meridiano, bien tempranito que ¡hip! Me lo trajo Chico Avensa del Aeropuerto. ¡Hip! Y con una noticia vergataria.

¿Qué, los números de la lotería? Le pregunta Modesto.

¡No mijo!  ¡Hip! ¿Sabes que Cassius Clay o Mohamed Alí le ganó a Foreman, ¡hip! y es campeón mundial de los pesos pesados otra vez?

Bueno “Covita”; eso lo dijo la radio anoche. Eso ya lo sabe to’el mundo. ¡Qué bolas! Responde Molo quien siempre amanecía oyendo las noticias por Radio Rumbos.

No Molo. Lo que pasa, ¡hip! es que tú no sabes  la última noticia que trae el periódico ¡hip! Esa no la lees ni de vaina, ni le dices a los muchachos que te la lean, ¡hip! Te puede dar un infarto – le remata “Covita” mientras alegremente se echaba un trago… ¡Y salud por esa vaina, Nojoda! ¡Hip!

¿Y qué noticia del carajo es ésa? Pregunta Modesto con cierta insistencia y curiosidad ante la alegría de “Covita” quien seguía tambaleándose de la borrachera pero no se caía.

¡Nojoda Molo! ¡Hip! Casi nada. Oye que ya te la leo: “Cassius Clay, ¡hip! No sólo se cambió de nombre, ¡hip! se negó a cumplir servicio militar en los Estados Unidos, ¡hip! se tituló campeón de los pesos pesados al derrotar a George Foreman, ¡hip! sino lo que faltaba Molo- agrega “Covita” haciendo un esfuerzo para mirarlo directamente.

¿Qué faltaba “Covita? – pregunta Molo.

¡Casi nada Modesto! Cassius Clay Molo, ¡se metió a adeco! ¿Quién nos gana Molooo? ¿Quién nos gana mijoooo? Le gritó “Covita” al tiempo que se iba de la bodega para no oír las arengas de Modesto.

¡Después vengo a pagarte la cerveza! ¡Ahí te dejo esa Molo!

¡Mire carajo! ¡A mí no me venga a echá vaina tan temprano! ¿Tú no tienes a quien joder? ¡Aquí no carajo! ¡Coja su camino y vaya a joder a otra parte! Gritaba Molo a “Covita, quien ya había cruzado la otra esquina buscando dónde echarse otro trago.

…”a llorá al Valle que las lágrimas las pagan a 10 bolívares

Juan Calderín

(*) Bulea: término que utilizaban algunas personas para referirse a una pea o borrachera.

Tomado del libro: “Ocurrencias de mi gente” de Carlos MujicaMarunga

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