Antiguamente, en el pueblo de San Sebastián abundaban mucho las personas con conocimientos medicinales con planta, hierbas y demás cosas, a los cuales se les conocía como Curanderos.
Estás personas, tanto hombres como mujeres tenían la facultad y el don, para curar a los enfermos.
El Curandero es un sanador tradicional, que utiliza elementos naturales acompañado de oraciones y amuletos, para curar. Sus funciones van desde curar las enfermedades mentales, emocionales, físicos y espirituales, mediante tratamiento herbolario, brebajes y masajes, hasta la Purificación del espíritu, al igual que la sanación de males mágicos, el mal de ojo, con la ayuda de invocaciones y oraciones.
Desde el año 1890 hasta 1980, se mantuvo está tradición y costumbre por espacio de 100 años.
Entre los Curanderos que existieron en el pueblo, tenemos los siguientes:
Ladislao Romero Mata, fue el primero conocido como Curandero, llegándole a llamársele «El Médico«. Este se especializaba en extraer piezas dentales, llevar el hueso a su lugar y entablillar el roto, santiguaba, preparaba pócimas y remedios, extraía fístulas, curaba «tétano», «empachos», dolores cólicos, picaduras de animales ponzoñoso y otras enfermedades.
Doroteo Romero, especialista en extraer fístulas.
Lucas Morao, era santiguador y curaba con oraciones, picaduras de animales ponzoñoso.
Antonio Romero, fue muy solicitado para alejar la peste a los animales de crianza, con oraciones. Además era solicitado cuando había tormentas de lluvia intensa, con truenos y relámpagos, la cual alejaba colocando en el suelo del corral de su casa, dos machetes en forma de cruz.
Erasmo Adrián, fue Curandero y «botánico», conocedor de gran variedad de hierbas y demás plantas medicinales.
Pedro Díaz, conocido como «Pedro China«, se especializaba en quitar verrugas con mucha eficacia, con oraciones y secretos.
José Martín Romero, santiguador de personas y de animales domesticos.
Julián Quijada, fue solicitado como «sobador» o masajista.
Jóvito Moya, también fue un experto masajista y santiguador.
Emiliana Romero, santiguadora, curaba llagas de la boca, «cosia» suturaba heridas.
Dominga Marcano, experta en curar «culebrillas» con oraciones.
Bernardina Romero, y Estefana Romero, eran santiguadoras, eficaces contra el mal de ojo.
Cleotilde Romero, fue santiguadora, curaba llagas en la boca, colocaba inyecciones, curaba « culebrillas», » sapillo» en la boca, daba masajes y preparaba remedios naturales.
Todos llevaron alivio y esperanza a los que solicitaron de sus servicios como Curanderos.
Texto y Recopilación: Mario Gabriel Alfonzo Lista
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