¿Reconoces cuál es el propósito de tu vida?

¿Para qué nací Yo? ¿Cuáles son mis aspiraciones? ¿Qué legado familiar y social voy a dejar? ¿Cómo quiero ser recordado? Son algunas de las interrogantes  en las cuales  pocas veces pensamos y realmente son esenciales para  definir un proyecto de vida.  Es un ejercicio importante de realizar porque con ello logramos enfocar las energías en acciones/ actividades productivas, incrementar conocimientos y  desarrollarlas. Como padres los constantes cambios en los intereses de nuestros hijos y familiares nos causa cierto cansancio y poca credibilidad. Pero en lugar de ello es preferible alentarlos a indagar qué les gusta y que aspiraciones tienen. El punto es reconocer la intención que genera sus pensamientos y por ende hacia qué o quienes están dirigidos.

Es conveniente que nuestros hijos realicen una actividad  complementaria que sea de su verdadero agrado e interés: desde el punto de vista recreativo y aporte a su desarrollo personal, porque ello le permitirá trazarse metas en el plano personal y en consecuencia le ayudará  a configurarse objetivos, en otras palabras que ellos logren determinar las acciones, recursos y medios para alcanzar sus sueños y  concretar la finalidad de sus esfuerzos.   A fin de encontrar el propósito de su vida, toda persona pasa por varias etapas, según el autor Melgosa. J. (1998)

1. Etapa de fantasía: propia de la niñez, queremos ser bomberos, policías, héroes, porque a los niños les atraen las profesiones con protagonismo / prestigio.
2. Etapa tentativa: entre los 13 a los 16 años, el adolescente observa a las profesiones y manifiesta interés por estudiar una determinada carrera por preferencia personal mas no por vocación, o simplemente porque atrae su atención.
3.  Etapa realista: esta etapa se produce cuando el joven pasa de 18 a 21 años; para algunos jóvenes la selección de una carrera se basa en el reconocimiento que hacen  de sus habilidades y destrezas.

Factores que pueden ayudar o limitar el proceso de encontrar el propósito de vida:

1. El contexto: los medios de comunicación, la tecnología y el contacto con diferentes personas, en algunos casos, contribuye a definir el propósito de vida, con frecuencia los jóvenes se comparan o imitan  personalidades reconocidas por sus hechos, acciones, producciones.
2. La madurez: reconocer y evaluar sus fortalezas y debilidades le permiten al joven enfocarse en profesiones acordes con su potencial.
3. La personalidad: abarca aspectos que caracterizan a cada sujeto, como por ejemplo los valores, creencias,  la capacidad para relacionarse con otros, y la adaptación a los cambios le facilitan identificarse  con una actividad/ profesión y darle sentido a su vida.

El Proyecto  personal-profesional  elementos básicos:

• Qué: identificar qué tipo de actividad productiva se amolda a sus intereses y potencialidades, así mismo identificar en cual sector del campo laboral se ubica.
• Por qué: si quiere emprender esa actividad por motivación interna/ decisión propia o por motivación externa/ ser parte de un grupo de influencia, ayudar o servir a otros dentro del campo de la tecnología, artes, ciencias, etc…
• Para qué: determinar el significado /sentido que esa actividad tiene en su vida, esa decir una labor social, buscar mejoras en su entorno, crear un impacto social o dentro del campo de las ciencias, desarrollar algo para solventar situaciones problema.
• Con qué: recursos, técnicas, medios disponibles y los recursos que le hacen falta para logarlo o si es necesario crearlos.
• Cuándo: delimitar /estimar el tiempo necesario, ya sea en años o meses que ha de invertir para lograr  lo que desea.
• Como: formas, acciones para concretar la meta deseada.
• Dónde: especificar el lugar, ya sea dentro o fuera de su comunidad, en la entidad regional donde vive,  dentro o fuera del país.

Este tipo de ejercicio no se realiza de un día para otro, demora pero con el tiempo los resultados son beneficiosos. El papel de los padres es mantener una comunicación asertiva, observar las actividades y temas de conversación de nuestros hijos.  Recordemos un proverbio: “Aun el  muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta  (Proverbios 20:11) A tiempo toda conducta es factible de cambiar: Les comentamos a manera de ilustración la siguiente anécdota: un estudiante de 4to año de bachillerato (16años) con frecuencia se citaba a sus representantes pues era reincidente en haber cometido varios hurtos dentro del plantel y hasta en el hogar.…

  Trascurridos unos días durante una entrevista de seguimiento el Director le hizo varias preguntas, entre ellas: ¿qué te gustaría estudiar? Manifestó muy entusiasmado: “psicología”. ¿Quieres ayudar a otros a resolver sus problemas? – preguntó el director. El  joven respondió: “bueno no precisamente, creo que esa profesión me ayudaría a saber cómo piensa la gente, para manejarlos y  convencerlos y sin darse cuenta hagan lo que Yo quiero” A pesar de lo desconcertante de su respuesta estaba muy claro en sus propósitos y  podemos inferir muchas cosas: el deseo de llegar a ser un posible líder político o un cabecilla ligado al delito.

Texto: Profa. Marthelena Martínez (+)

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