Cada vez que salía a trabajar hacia Los Frailes, recuerdo que me preguntaba: ¿qué he hecho yo de maravilloso en esta vida que me pagan por hacer esto?
El viaje a Los Frailes es increíble pero a veces se pone duro por los meses de viento fuerte, la gente se marea. El trayecto dura aproximadamente una hora y puedes ir en peñero o en un barco. Los Frailes son esas tres islas que se ven desde Playa El Agua y Parguito, dibujando el horizonte y el tour es para llegar hasta una zona llamada La Pecha, allí puedes bucear.
Lo más rico de este viaje es ver miles de pececitos coloridos y alegres. Deben nadar hacia las rocas y observar encima de los corales, pues por allí es donde se alimentan y están casi todos reunidos.
Es realmente emocionante nadar sobre sesos corales y ver la cantidad de pececitos que hay. Parece que te estuvieran esperando. Cuando el agua está turbia y no se ve bien el fondo es el momento mágico en que los peces aprovechan para desovar. Si se fijan en las montañas, verán pelícanos criando a sus bebés, enseñándoles a volar y a agudizar la vista para pescar.
En el trayecto de regreso se darán banquete con garzas y gaviotas cazando su comida y jugando con el mar. En un año aproximadamente que estuve viajando vi solamente una vez delfines y tortugas, ese día lo valió todo. La escenografía natural que te regala ese viaje no tiene precio.
Peces, calamares, pájaros, delfines, tortugas, pulpos y demás compañeros del planeta te esperan para que juegues con ellos y compartas por unas horas su hábitat y su vida.
(Tomado del libro Recorrido por Margarita de Adriana Sánchez Navarro).
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