Los Cachos de Marunga: El perro de Superman

El gran maestro y músico Don Lino Gutierrez vivía en la calle Zamora al lado de la casa del señor César León Pérez, quien vendía productos cosechados en la Comarca de Guatamare de Cuchu Rodríguez, sobre todo las frutas con las que hacían los  “jugos concentración” como se llamaba el local que regentaba. Cerca también quedaba la casa de Don Vicente Ordaz, exactamente en la calle Guevara esquina con Zamora.

En su casa, el maestro Lino tenía su cuartico donde daba clases de música y ensayaban los muchachos de su orquesta; hasta Gollito Rojas estudiaba su teoría y solfeo, logrando convertirse en tremendo percusionista, más que todo con el bongó y la tumbadora “Pan con queso”, la que aun hoy, cuida con mucho recelo.

Terminado su día de trabajo, el maestro Lino salía en la tarde a dar su caminadita que consistía en darle la “vuelta a la manzana” acompañado de su inseparable esposa Doña Ana María quien por cierto hacía unos pasteles (hoy le dicen hallacas) de un gusto extraordinario. La caminata la iniciaba en la calle Mariño y regresaba por la Guevara, que no era el antro de buhoneros y suciedad que es hoy, sino una calle tan limpia, que la gente se sentaba en el suelo a esperar que los niños jugaran tranquilamente. El maestro tenía un perro  llamado “Santurrón”; este siempre estaba muy gruñón y nos atacaba cada vez que nos veía. Los muchachos nos la ingeniamos y una vez le lanzamos, en el zaguán de la casa, paquetes de triki-traki y silbadores, fuegos artificiales que no eran tan peligrosos como los de ahora; el ruido atormentó mucho al perro y  por esa razón, más nunca nos atacó.  

Luis Armando “Kalica” Martínez, Alberto “Betoca” León, Napoleón “Napito” Ordaz, su hermano Jesús Rafael “Chuito”  y Carlos “Marunga” Mujica, le hicieron una broma al maestro. Agarraron al perro, le pusieron una capa roja y una máscara; con unas correas le prepararon una especie de arnés; subieron a la segunda planta de la casa del señor Vicente Ordaz aprovechando que éste no estaba  pues había salido con su esposa Doña Valentina a visitar a sus familiares en los hatos y tardarían en regresar; ataron al perro con una cuerda larga. Uno de los muchachos, Alberto “Betoca” avisaría cuando don Lino y su esposa Ana María se acercaran a la casa.

Recibieron la señal y poco a poco sacaron al perro por una de las ventanas, al tiempo que lo balanceaban; el maestro Lino al ver al perro en el aire, sorprendido le grita a su señora: ¡Ana María! ¡Ana María! ¡Un milagro! ¡Un milagro! ¡Mira hacia arriba! ¡Santurrón está volando como Supermán!

no le piso el rabo a perro que no conozco

Pitoño

Tomado del libro: “Ocurrencias de mi gente” de Carlos Mujica “Marunga

Foto: Referencia

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